 
                México.- El cinismo no tiene límites. Este martes, en la corte federal de Manhattan, Nueva York, volvió a presentarse Naasón Joaquín García, autoproclamado “Apóstol de Jesucristo” y líder de la iglesia La Luz del Mundo, acusado de crimen organizado, tráfico sexual y explotación infantil. A pesar de la gravedad de los cargos, el abusador se atrevió a declararse “no culpable” ante la jueza Loretta Preska.
El personaje, ya condenado en California a 16 años y 8 meses de cárcel por abuso sexual infantil, apareció con uniforme beige y esposado de pies, mostrando un aspecto más avejentado. Sin embargo, lo que no cambia es la brutalidad de los delitos que pesan sobre él.
Lo indignante es que, aun con un historial de abusos comprobados, seguidores ciegos acudieron a respaldarlo en tribunales, defendiendo lo indefendible y cerrando los ojos ante el sufrimiento de víctimas inocentes.
Este proceso federal podría hundirlo aún más: los nuevos cargos podrían llevarlo a cadena perpetua, una condena justa y mínima ante los horrores de los que se le acusa.
Mientras su defensa promete seguir “luchando” en lo legal, la realidad es contundente: estamos ante un depredador que utilizó la religión para someter, manipular y destruir vidas.
La próxima audiencia será el 15 de diciembre, y todo apunta a que el escándalo en torno a Naasón Joaquín seguirá creciendo, exhibiendo la podredumbre detrás de una fachada que durante décadas fue venerada como “sagrada”.
 
    




