
Toluca, EDOMEX.- Por unanimidad, el Congreso del Estado de México aprobó la iniciativa conjunta presentada por el Gobierno estatal y el diputado Isaac Hernández Méndez, del Partido del Trabajo (PT), para regular el uso de sistemas antigranizo y cualquier tecnología que modifique el ciclo hidrológico; esta medida busca proteger el medio ambiente y garantizar condiciones justas para los pequeños agricultores de la entidad. Isaac Hernández destacó que esta medida representa un avance significativo en la protección del campo mexiquense, ya que por años los campesinos han enfrentado las consecuencias de la manipulación climática sin el respaldo de las autoridades, y argumentó que la falta de regulación en el uso de tecnologías que alteran la hidrometeorología ha causado desequilibrios ecológicos, afectando la biodiversidad y la producción agrícola.
Con ello, cualquier sistema de modificación climática, como avionetas antilluvia y sistemas antigranizo, deberá contar con un permiso oficial, de lo contrario, se impondrán sanciones de hasta 6 millones 222 mil 700 pesos, equivalentes a 55 mil veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización (UMA).
El Código para la Biodiversidad del Estado de México fue actualizado con base en iniciativas presentadas por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el PRI y la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, y la propuesta del diputado Hernández Méndez fue clave para consolidar las distintas visiones en un solo documento legislativo.
Actualmente, el 90% del territorio mexiquense enfrenta algún grado de sequía, afectando a 114 de los 125 municipios del estado. Esta problemática ha generado impactos negativos en la producción agrícola, el medio ambiente y la salud pública.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la reducción de lluvias contribuye a la contaminación del aire, lo que incrementa el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Este escenario resalta la urgencia de implementar regulaciones efectivas para preservar el equilibrio ecológico y garantizar el bienestar de la población.
Con la aprobación de esta reforma, el Estado de México se convierte en una de las primeras entidades del país en regular el uso de tecnologías que alteran los patrones de precipitación, marcando un precedente en la defensa del medio ambiente y el desarrollo sostenible del sector agrícola.